Imaginarios racistas

 

 

“El espíritu de Agosto Negro corre a través de siglos de resistencia negra, indígena y multicultural. Es emblemático del espíritu de libertad. Es una chispa ardiendo lentamente en los corazones de un pueblo –corazones que anhelan la libertad-”. Mumia Abu-Jamal, 2003.

¨Agosto Negro: presas y presos políticos en pie de lucha¨ es un libro de Carolina Saldaña donde se relatan las historias de resistencia política en sus comunidades y dentro de las prisiones de diferentes militantes de las Panteras Negras y del Movimiento de Liberación Negra de EE. UU.

He querido hacer la introducción con una pequeña presentación de este libro, sin embargo, mi objetivo no es hacer una reseña, ni siquiera hablar de la situación de racismo estructural y social que lleva sufriendo históricamente la comunidad afro-estadounidense. Quería hacer uso de parte del título ¨Agosto Negro¨ porque nosotras estamos viviendo nuestro particular y amplio Agosto Negro, vemos cómo la violencia racista de algunos medios de comunicación quiere criminalizar a los hermanos que se dedican a vender en la manta, no señala que la Ley de Extranjería es el mecanismo que les obliga a ejercer este tipo de comercio, no señala que, desde hace años, varios de los portavoces de los hermanos que se dedican a la venta ambulante, nos dicen que si tuvieran otra opción optarían por ella, sin embargo, los mecanismos legales que atraviesan a las poblaciones migrantes pobres que vienen a España nos obligan a formar parte de las diferentes actividades de la economía sumergida y a ocupar los puestos de trabajo más precarizados.

Foto: Josengalo.com

Foto: Josengalo.com

La venta ambulante es una forma de resistencia ante las desigualdades provocadas por el colonialismo interno, supone una estrategia más de supervivencia del bagaje político que ya tienen nuestros hermanos, pues no olvidemos que la propia experiencia migratoria viene a poner en jaque las desigualdades económicas entre el Norte y el Sur global heredadas del colonialismo y que se siguen reproduciendo por las lógicas neo-coloniales que vertebran la economía mundial. Occidente necesita de los recursos naturales de las tierras del sur, sin embargo, no quiere saber nada de las consecuencias del expolio que se lleva realizando desde 1492, nos quieren como mano de obra barata a explotar, nos quieren bajo la mirada caritativa que fomentan diferentes ONG´s, no nos quieren resistiendo y, muchos menos, poniendo en valor nuestros saberes y creando.

Lamine Sarr, portavoz del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, denunciaba el papel de algunos medios de comunicación en la criminalización de su colectivo. Ya hace unas semanas nuestro hermano, José O. Ngalo, escribía  ¨medios de incomunicación y refuerzo negativo¨ ; ambos, de alguna manera, señalan el papel que llevan a cabo algunos medios de comunicación en el asentamiento en el imaginario colectivo de construcciones racistas sobre la población afro de España. Lo complejo de todo esto es que la mayoría de medios de este país, solo construyen esta imagen racista de nosotros-as, es su concepción de qué es la población afro de España o por lo menos, es la que quieren difundir dentro del imaginario social de nuestra sociedad.

Casi sincronizados, sin ningún tipo de sospecha, porque no creo que haya una relación entre parte del poder político, económico y algunos medios de comunicación, esa es una idea de rojos, es tan disparatado como decir que existe el racismo institucional en España, ya lo dijo uno de grandes líderes de la tolerancia “El racismo institucional no existe”. Retomo por donde iba: el Partido Popular, Ciudadanos y VOX quieren aprovechar el espacio mediático creado por algunos medios de comunicación para intentar recabar votos con un discurso racista y xenófobo. Hace unos días, Ciudadanos, sacaba una campaña para ¨combatir las mafias que ocupan ilegalmente la calle¨; bajo la idea de orden y seguridad este partido está intentando construir un enemigo interno: los hermanos que se dedican a la venta ambulante. Son tales las ansias de poner este discurso en el centro del debate político que su líder en Madrid, Ignacio Aguado, utilizaba una foto en la cual se pueden ver a personas con abrigos bajo la frase ¨La dejadez de Carmena permite que las mafias hagan su particular agosto...¨

Ya sabemos el uso electoralista que van a realizar el Partido Popular, Ciudadanos y VOX del discurso racista para ponerse a la altura de la Liga Norte (Italia), el Frente Nacional (Francia) o la Alternativa por Alemania… No es ninguna sorpresa, lo que últimamente llama mi atención es la proliferación de mensajes de Whatsapp con un contenido profundamente racista, son ya varias las personas que, de un modo u otro, me han hecho llegar mensajes y vídeos para que viera lo que está circulando. Es preocupante porque no es el líder del partido político de derecha o extrema derecha quien está intentando convencer a partir de la difusión de ideas racistas, en este caso, es algo más complejo porque atiende a la cotidianidad. Son Paco, María, Juan, la vecina del tercero y el que viene a arreglar el ascensor de tu edificio, son ellos y ellas, quienes, a través de mensajes individuales o a grupos, están buscando alimentar el imaginario racista. También es verdad, que muchas de las personas que difunden este tipo de mensajes no pertenecen a las capas más empobrecidas de este país. No sé qué magnitud tiene esto, es decir, no tengo ni idea del grado de difusión que están teniendo este tipo de mensajes, creo que poco, por ahora.

Se está intentando enfrentar a las capas más empobrecidas de la sociedad para desviar el punto de atención de los grandes defraudadores de hacienda, de las grandes marcas que evaden impuestos en paraísos fiscales, de la corrupción política existente en este país.  Con esta apreciación no quiero dar prioridad al eje de clase para explicar de qué manera quiere funcionar el discurso de los partidos de derechas y extrema derecha, aquí, lo importante, aunque muchos no lo quieran admitir, es el eje racial que fundamenta las relaciones sociales que se dan dentro del capitalismo y que, en estos momentos, se está buscando despertar porque, aunque no estuviese en la primera línea del debate político, siempre ha estado en funcionamiento a través de la explotación de la mano de obra de las personas provenientes del sur global, a través de las redadas racistas, de la existencia de los CIEs, de la construcción del sujeto de inmigrante ilegal que se realiza a través de la Ley de extranjería y de la propia construcción de la persona migrante, negra, afro… como sujeto sin ningún tipo de poder, persona a salvar, a dar caridad. ¨El racismo no es entonces una herramienta del capitalismo, el propio capitalismo es racial¨ (Helios F. Garces, 2018)



 

Por tanto, el imaginario racista que alimentan algunos medios de comunicación y argumentarios de partidos políticos de derecha, extrema derecha e izquierda es funcional al sistema económico en el que estamos imbuidos. Lo que está empezando a cobrar fuerza, ahora, es el intento de construir un enemigo interno, los hermanos manteros, y un enemigo externo, la migración negro- africana, en este caso.

Esta construcción histórica de la persona negra que alimenta el imaginario racista va modulando dependiendo del contexto histórico. Antes éramos salvajes, personas sin alma, por tanto, era legítimo que nos esclavizaran, ahora, somos personas a civilizar, a democratizar, a que se defiendan nuestros derechos humanos, tenemos que estar demostrando continuamente que lo somos para que se defiendan nuestra humanidad.

Toda esa construcción racista, que tiene muchos más vértices, hace que, en muchas ocasiones, nos neguemos como personas negras, como personas con ascendencia africana, que queramos diluir nuestra raíz africana en discursos universalistas ¨todos somos iguales¨, les compramos el discurso a aquellos que nunca se tuvieron que preguntar qué supone ser una persona ¨blanca¨.  Esta socialización que muchas hemos tenido nos lleva al caso de que personas afro están utilizando el discursos racista contra otras personas afro. Hace poco vi un video en el que un hermano utilizaba prácticamente todo el argumentario de la derecha contra los hermanos vendedores ambulantes, este vídeo fue compartido por Carina Mejías, presidenta del Grupo Municipal de Ciudadanos Barcelona.

No es la única reacción de este tipo que he visto por parte de hermanos y hermanas afro, y la cuestión de clase puede tener mucho que ver, aunque no la llamaría  siquiera cuestión de clase, quizás, podría decir privilegios adquiridos (papeles, trabajo, carrera universitaria, etc), porque la comunidad afro de España es un grupo profundamente empobrecido, no hay tanta separación económica, no sé si podría hablar de una pequeña burguesía en términos de clase, si la hay, valga la redundancia, es una pequeñísima pequeña burguesía.

Desde mi punto de vista, este tipo de reacciones tiene mucho que ver con la propia negación de nosotras mismas. Los imaginarios, donde parte de nosotras nos hemos socializado, nos dicen que ser afro es algo negativo y, a modo de fábrica, nos dan unos moldes de los cuales no nos tenemos que salir, de lo contrario, no somos verdaderamente negrxs.

Dentro de este imaginario racista tenemos algunas recompensas, cuando vas con tu grupo de amigos-as y te dicen ¨tú no eres como ellas y ellos¨, ahí es donde creo que radica gran parte de esta reacción, cuando se construye una representación criminalizante de  la persona negra, no esperamos a intentar entender lo que hay detrás de todo, no esperamos siquiera a escuchar la versión de nuestrxs hermanxs, lo que hacemos es salir en tromba a justificar que nosotrxs no somos como ellos, que nosotras sabemos muy bien cuál es nuestro papel en esta sociedad. Eso me ha pasado con varios hermanos y hermanas, sin siquiera dar tiempo a que los hermanos del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes dieran su versión. 

Ante mi actitud de esperar a la versión de los hermanos, se me dice que estoy legitimando una agresión.

Decía el escritor camerunés, Inongo Vi- Makomè, que alguna de las veces en las cuales impartía talleres en colegios, se encontró con la situación de que el único niño negro de la clase en la que estaba impartiendo el taller, hacía lo imposible por intentar esconderse, esto también le sucedía en la calle cuando se cruzaba con un grupo de chavales y entre ellos había un chico negro, este repetía la misma acción. Es tal la creación racista de nuestra imagen que, cuando una persona negra aparece, nuestro inconsciente nos lleva a rechazarla de alguna manera, no digo que ocurra en todos los casos.

Somos nosotras y nosotros los que tenemos que luchar contra ello y creo que la mejor manera es conocernos y reconocernos, buscar las maneras de aportar a la construcción de esta identidad comunitaria, habrá conflictos, habrá consensos, habrá rupturas y reconciliaciones pero, por lo menos,  estaremos en el camino de reflexionar estrategias ante el posible avance del discurso racista en el Estado español.

 

Por Yeison F. García López