Black trans life is not a Pose

 

 

 

Desde hace poco comencé a ver memes de cuerpos negrxs, trans que  narraban situaciones de la serie de Fx, Pose. Esta serie está basada en micronarrativas de escena de los ballroom de vogue en los años 80 en los Estados Unidos.   Memes y series son los aditivos para el cereal con el que nos desayunamos las millennial y en ese sentido, gran parte de la opinión pública, actualmente, en temas relacionados con racialidad y/o género, proviene de esos discursos que allí circulan y poco menos de nuestras propias vidas. Entendiendo que estos imaginarios sobre cuerpos trans, negrxs provienen de ese norte global y que las vidas de personas trans negras, afrodescendientes, disidentes sexuales, migrantes, diaspóricas no pueden ser estandarizadas globalmente.

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He caído atrapadx por Pose,  gracias a las influencia de varias amigxs trans no blancxs y migrantes, amigas lesbianas negras y amigxs questering gender migrantes, que resisten en esta Europa Racista donde están mis pies pero no necesariamente mi cabeza ni mis sentimientos. Debo confesar que varias lágrimas se me escaparon en episodios que servían de espejo para ver mi vida misma. Debo confesar que mi cuerpx y emocionalidad reaccionaron con ataques de ansiedad al revivir experiencias vitales de mi transición, a través de la serie.  Así como también he de decir que la vena de la yugular se me brotaba al ver escenas que intentan alimentar la mirada fetichista, cis-terrorista que nos dispara a diario. No pretendo hacer un análisis de la serie. Solo intento dejar mis emociones y pensamientos acá, no por ello deben ser válidos para todas las vidas trans, pero sí, una visión más desde mi lugar de existencia, como persona trans afrodescendiente y migrante.

Pose: Postura corporal, actitud que tiene una intencionalidad específica en los cuerpos trans, disidentes sexuales  en la escena del ballroom-vogue: “tener gender passing”, “ser leídx, como”. Ser leídx por la mirada otra, la mirada que evalúa y califica la verosimilitud o realness del cuerpo ficcionado,   cuerpx-género que imaginamos, fantaseamos en una pasarela (o ballroom). En esta teatralidad, la escala valorativa de la pose va de 1 a 10, siendo 1 la menor pasabilidad o menor credibilidad de la “pose” y el  10 la máxima puntuación: ¡goal!. En la atmósfera del voguing, esta es la finalidad: Posar-pasar, pero al mismo tiempo este “juego de roles”, deseos y estrategias de supervivencia es  la vida misma y el everyday que vivimos las personas negras, personas no blancas, trans, lxs no binarixs y de sexualidades disidentes.

Cuando digo Black trans life is not a Pose quiero decir que, al abrir la puerta de nuestras house afectivas y de convivencia, abrimos el gran telón y literalmente empieza el show. Hablo de “show” en su traducción  más básica:“mostrar”. Me refiero a que al salir de casa, comenzamos a mostrar(nos), intentando tener pose y la pasabilidad (passing). Nuestra performatividad, Pose, no es un juego, no es un placebo. “Blackness is not a performance is our real life”. La pasabilidad implica pasar a tener posibilidades de existencia: Pasar fronteras territoriales, administrativas-políticas, tener un documento de identidad con nuestro nombre, posibilidades de vida digna: acceder a la educación, sanidad, empleo digno, siendo quienes somos y no lo que la heteronorma quiere que seamos. También  la pasabilidad implica acceder a poder alquilar una vivienda y que la puntuación de la casera o la conserje del edificio sea 10 y te permita “pasar para vivir”. Passing, implica acceder a cobrar un cheque y que en el banco no te evalúen con menos de 10 puntos y que te diga la cajera blanca española: “ hay incongruencia entre tu documento de identidad y tu apariencia física, eso puede ser calificado como falsificación de identidad”. Passing implica algo tan básico como acceder al baño a mear y cagar, sin que la white gender police te persiga y te diga: ”ese no es tu baño”.  La vida misma es un ballroom, ese gran dispositivo donde hacemos runway para intentar tener la mejor puntuación, no porque queramos un trofeo y el mandato obligatorio neoliberal “del éxito”, sino simplemente porque queremos vivir. Black trans lives matter no es solo una frase linda para colocar en una camiseta.

Pose, la serie en su primera temporada, hace un juego de ida y vuelta entre el ballroom del mundo voguing y el ballroom de la vida de personas trans negras, migrantes y disidentes sexuales no blancxs, en la época del Presidente Reagan en los EEUU. Aunque el contexto político es poco reflejado, hay pinceladas suaves sobre las formas de resistencia en familias escogidas de las comunidades negras, afrodescendientes, migrantes, trans, disidentes sexuales, ante la represión política en este periodo de la historia. También durante este contexto, se manifiesta en la serie “la explosión” del  VIH y su incidencia en las comunidades de disidentes sexuales negrxs, migrantes, un énfasis particular que no se acentúa en personajes cis-heteros y blancos.

Hay un zoom a la subjetividad e intimidad de las personas trans negras que me generaba identificación y empatía y, al mismo tiempo, una sobreexposición  incómoda que se da, muchas veces, cuando interfiere esa mirada blanca cis normativa espectacularizante influenciada, quizás, por los directores y escritores blancos estadounidenses Ryan Murphy, Brad Falchuk y su intencionalidad comunicativa para un público general. La estetización y exotización de lxs cuerpxs negrxs y trans, también es una forma de violencia hacia nuestrxs cuerpxs. Siento que la presencia de unx co-creadorx afrolatinx, Steve Canals, le otorga matices a la mirada blanca, esto en cuanto a las experiencias afectivas en comunidad entre personas migrantes y disidentes sexuales.

Paris is burning, es un referente del comienzo de las prácticas del vogue. Otra icónica pieza audiovisual filmada en 1980 que narra las dinámicas, dificultades que ocurrían en los espacios trans y drag queen de la comunidad negra, afrodescendiente, migrante en EEUU y que fue producida y capitalizada por el extractivismo blanco, a través de la mirada de  Jennie Livingston. Quizás sean delirios míos pero hay muchos elementos que hacen guiño a las obras de Marlon Riggs: Tongues Untied, Brother to Brother y how to snap like a diva con las rupturas de la linealidad estética que introduce Grace Jones a finales de los 70 y  en los episodios de Pose esto generaba reencuentro con lecturas, música y situaciones de mi propia vida.

Esta temporada de Pose siento que construye una fantasía edulcorada de la vida de “transfem” y genera unos referentes estéticos de la belleza trans negra, delgada, deseada y glamurosa. Sí, el imaginario de “we are queen” siempre está presente y es un deseo de autovaloración y cuidado de nuestras vidas amenazadas, nuestras vidas precarias y nuestras vidas en peligro, nuestras vidas efímeras. En las house, espacios afectivos de supervivencia, extrañé la presencia de personas trans masculinos o lesbianas, butch que nos dan apoyo a nuestras potentes fragilidades.  Me incomodó una naturalización del shady o esa especie de actitud “apuñalante” llena de sarcasmo y sutilmente transmisógina que forma parte de los estereotipos de la comunidad trans creados generalmente por personas no trans que no logran comprender los lazos micropolíticos de afectos, el acompañamiento colectivo entre personas trans, negrxs, migrantes... Puede que yo romantice esta sociabilidad. Pero esta romantización y estas redes  me han mantenido vivx, quizás esto las personas no trans y las personas blancas y no migrantes no logran comprenderlo, simplemente por el lugar que ocupan. En este sentido, recuerdo a Laverne Cox, artista trans afroamericana quien, ante el asesinato de una persona trans de origen mexicano en el 2015, dijo: “tu vida no podría estar en peligro, simplemente por quien tu eres”.

Aunque la mayoría de lxs personajes en la serie son personas no blancas, la deseabilidad por la blanquitud también está en el centro.  Los white businessman eran el foco del deseo de dos de lxs personajes principales trans: Elektra y Angel. Las posibilidades económicas y de supervivencia estaban direccionadas hacia el capital económico y racial que implica estar con un varón, cis, blanco, con “vida heterosexual” y con dinero. Indudablemente, los cuerpos blancos cis, en nuestras camas, son garantía de vida -también de traumas, ansiedad racial y por qué no, de afectos- ; los cuerpos blancos ,en nuestras camas, son garantía de acceso a  papeles y visados, a dinero, a infraestructuras, a seguridad social y a otros aspectos que protejan nuestras vidas; al mismo tiempo, no es menos cierto que esto muestra el poder del deseo blanco sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras posibilidades económicas de existencia.

Una de las situaciones recurrentes en la serie Pose era el constante control de cuerpxs trans por la mirada masculina, quien pondera la pasabilidad o no, en la cama, para acceder al placer, para acceder al privilegio de ser “deseada”, “amada”.  Bajo las reglas del juego de la mirada cis terrorista blanca, quien sentencia qué tan apetecible o no es tu cuerpx, qué morfología y volumen debe tener, todo esto sometidx a la amenaza constante del rechazo y de la soledad. Esto es el “uso de lo erótico como poder”.

Hari Siyad, escritorx, negrx, trans escribió sobre la serie Pose: Beyond representation: Visibility in media won’t save us“ . Valora la presencia de personas trans, negras en distintas plataformas mediáticas pero, al mismo tiempo, cuestiona. “La visibilidad en los medios no nos salvará “. ¿Visibilidad para qué? Sosteniendo que la “representación a veces convertía nuestras historias en nada más que fichas de negociación traumáticas para vender a los blancos por una promesa de empatía que nunca llegó”.  Continúa diciendo: “En nuestra sed de representación, es fácil mantener estas representaciones como inatacables cuando no lo son”.

“No se trata de escuchar cada vez que una persona de experiencia marginada gana una plataforma, se trata de asegurarse de que los opresores ya no puedan elegir quién tiene plataformas en primer lugar”. Es el juego perverso de la representación, de la estandarización de lo que se representa hegemónicamente en dispositivos masivos de visibilidad. Sí, me emociona ver una serie donde la mayoría de los personajes protagónicos y con agencia sean  personas, trans, negras, afrodescendientes y disidentes sexuales mostrando narrativas de nuestras propias vidas. Esto es inédito. Me desestabilizó emocionalmente ver situaciones que también he vivido y que vivo y, al mismo tiempo, siento alerta ante esta lógica de la representatividad identitaria. Me atemoriza la visibilidad, la espectacularización la normatividad y la serialización de nuestrxs cuerpxs y nuestras narrativas. No tenemos vidas homogeneizables, globalizantes . Creo que es una sensación compartida con varixs amigxs negrxs, trans, disidentes sexuales, incluso con personas que viven en una pasarela constante. Somos cuerpos que siempre estamos en la mira, somos cuerpxs deborables, cuerpxs y sensibilidades fabulosas, prescindibles para este big ballroom, regidxs por normas hetero white-suprema-cis-tas, es por eso que Black trans life is not a Pose, but also is a pose.

 

PD: Cometeré un atrevimiento, citaré a Audre Lorde modificando y  corporalizando la cita desde cuerpxs trans, afrodescendientes y migrantes a partir de haber sido atravesadx por la serie Pose y el texto de Hari Ziyad. Disculpen las ofensas. Me veo en la obligación de travestir esta cita. Se que Audre Lorde me entenderá:

“En la causa del silencio, cada una de nosotras lleva en la cara la imagen de su propio temor: temor al desprecio, a la censura, a los juicios, a la aniquilación. Pero sobre todo, temor a la visibilidad. Las mujeres (lxs trans negras, no blancxs) siempre hemos sido, por un lado, muy visibles y por otro, hemos estado invisibilizadas como consecuencia de la despersonalización del racismo.”

 

 

por yos erchxs piña

negrxsMGZ AF