No, la melanina no nos hace ni a mí ni a ti inmunes al cáncer de piel

Lo queramos o no, la llegada del ansiado sol veraniego implica, año tras año y con exquisita puntualidad, la llegada de comentarios indeseados y preguntas insidiosas. Muchos de estos comentarios típicos en la temporada estival son principalmente acerca del físico.

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En mi caso, mis veranos siempre se han caracterizado por ser una época especialmente llena de paradojas y de mucha confusión sobre la locura que despierta alcanzar el bronceado ideal. Mi parte filóloga nunca le ha dejado de dar vueltas a la polisemia encerrada en el término “morena”. Mi parte escéptica siempre me ha mantenido alerta y, con los años, me ha configurado de tal manera para que deje de escuchar automáticamente al hombre adulto mayor desconocido que en mitad de la calle se refiera a mí como “morenita” un caluroso día de verano porque lo que viene a continuación tiende a ser, por lo general, alguna obscenidad. El humor, en esta época, es un elemento que no falta, así sea fallido. Recuerdo al conserje de mi colegio en los inicios de mi enseñanza primaria. Recuerdo lo simpático y amable que era conmigo, y también que fue una de las primeras personas a las que recuerdo haberme dicho:

“Con este sol, me queda poco para ser tan moreno como tú”

Si tan solo le hubiera podido explicar la diferencia entre “ser” y “estar” en aquellos momentos… Él era blanco, pálido y tenía el pelo canoso; yo era triplemente morena por mi pelo, mi color de piel y mi tono de piel. Personalmente, al conserje le quedaba como mínimo una reencarnación y media para poder “ser tan moreno como yo” o llegar a tener un fototipo de piel VI, como es mi caso. Recuerdo haber sonreído ante ese tipo de comentarios, probablemente como respuesta pragmática por ser el comportamiento esperado ante esa situación; pero también tuve una sensación rara que por aquel entonces no sabía identificar al cien por cien. Más de veinte años escuchando comentarios similares es tiempo más que suficiente para aprender a identificar esa sensación rara como malestar, incomodidad, irritación y rabia, entre otras muchas emociones. A pesar de que él no hiciese estos comentarios con intención de herirme, como adulto y figura autoritaria le abría la veda a otrxs niñxs no tan piadosxs para hacer infinidad de comentarios innecesarios sobre mi color de piel tales como:

“Seguro que en verano lo pasas mal porque tu piel, al ser de color negro, atrae más el calor”.

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Hoy en día, aún sigo sonriendo de vez en cuando ante estos comentarios, aunque posiblemente mi expresión facial evidencie que no me hace gracia o que no doy crédito a la estupidez y a la desinformación.

Confieso que hasta cierto punto me parece divertido observar que muchxs de estxs niñxs que religiosamente repitieron frases así hayan llegado a la adultez, empezando a cuestionarse seriamente en foros en línea sobre si lxs negrxs realmente pasan más calor por su color de piel y hayan terminado convenciéndose entre ellxs de que lo más lógico es que así sea. Me divierte mucho menos, sin embargo, observar la alta peligrosidad que reside en otros comentarios. Aquellos sin intención hiriente, hechos por gente (ir)responsable de niñxs negrxs con poca idea del funcionamiento de sus pieles:

“No es necesario que te pongas al sol, tú no te puedes poner más morena”

“Tú no necesitas crema solar, tu piel ya está adaptada para protegerte del sol”.

Soy incapaz de recordar cuántxs profesorxs en excursiones o cuántxs monitorxs de campamento he tenido que hayan interiorizado estos mitos e ignorado mis peticiones de ponerme protección solar a mí también; pero si de algo estoy segura es de que fueron más de lxs que deberían haber sido. Para bien o para mal, el tener familiares cercanos con “alergia al sol” o con enfermedades que pueden terminar afectando directamente a la piel-como el lupus- siempre me ha hecho ser consciente de que pasar muchas horas bajo el sol podía ser también dañino para mí. Nunca ha sido mi intención pretender que una persona incapaz de distinguir entre mi pelo cuando lo llevo natural y mi pelo cuando llevo extensiones sea capaz de distinguir cuántas horas he pasado al sol o de intuir mis marcas del bañador. Lo que sí me urge es evitar que se deje de lado la salud de las personas negras por desinformación o desinterés: la melanina no hace a nadie inmune al cáncer de piel.

Es cierto que el grado de pigmentación influye en las probabilidades de quemarse o no: cuanta menor sea la pigmentación, mayor es el riesgo de quemarse. Por ello, las personas albinas deben tener especialmente cuidado con el sol. Se estima que la “protección natural” presente en las personas afro es la responsable de que, a diferencia de otras personas con menor protección ante los rayos ultravioleta, no nos quememos a los cinco minutos de estar al sol. Las personas más negras o “dark skin” tienen un factor de protección solar de 13.5 en las personas con fototipos más oscuros. Aun con todo, en los meses con sol intenso no es recomendable para nadie una protección inferior a 30. Es necesario tener en cuenta que, además de insolaciones, descamaciones de la piel, daños ocasionales en el ADN o golpes de calor, la excesiva exposición al sol puede acarrear también la aparición de diversos carcinomas y melanomas, o lo que es lo mismo: cáncer de piel. Los melanomas representan el tipo de cáncer de piel más agresivo y, por lo general, se puede prevenir el riesgo de aparición tomando una serie de medidas bastante sencillas que nos protejan del sol.

Hace un par de años, la Asociación de Lucha contra el Cáncer de Dinamarca, país europeo con mayor índice de casos de melanoma, lanzó una campaña publicitaria en clave de humor, Ayuda a un danés, en los destinos turísticos de sol y playa preferidos de los daneses para alertar de los riesgos de la exposición al sol y prevenir la aparición de este tipo de cáncer. A la mayoría, tal vez nos pueda resultar ridículo el punto al que llegan estas personas en la búsqueda de un bronceado que por su tipo de piel probablemente nunca llegará; porque no, el moreno cangrejil no es moreno, es quemado. No obstante, la creencia de que las personas más morenas no necesiten protegerse del sol no es menos disparatada. Pese a la curabilidad de los melanomas detectados en estadios iniciales y a que la población blanca sea exponencialmente más propensa a desarrollar cáncer de piel que la población no-blanca, un estudio publicado en el Asian Pacific Journal of Cancer Detention alerta de la alta mortalidad ocasionada por este tipo de cáncer en población no caucásica debido a diagnósticos equivocados, diagnósticos tardíos cuando el cáncer ya se encuentra en un estadio avanzado o la dificultad de acceso al sistema sanitario, entre otros. Un ejemplo célebre de esto lo constituye Bob Marley que murió a una edad muy temprana víctima de un melanoma lentiginoso acral detectado tarde, aunque este tipo de melanoma no esté directamente relacionado con la exposición al sol. Este estudio subraya, de manera esperanzadora, que más del 90% de los casos de cáncer de piel son prevenibles; recuerda que los síntomas más visibles de melanomas en población no caucásica son proclives a aparecer en zonas un tanto inusuales, como las palmas de las manos, de los pies o en la zona de las uñas; y anima a educar en la detección de posibles melanomas haciendo referencia al método ABCDE a la hora de examinar manchas/lunares. Para saber qué debemos tener en cuenta:


A representa Asimetría; una mitad es diferente de la otra mitad.

B representa el Borde; borde irregular, ondulado o mal definido.

C representa el Color; variación de una zona a otra; diferentes tonos de marrón y negro; a veces blanco, rojo o azul.

D representa el Díametro; a pesar de que el melanoma es generalmente más grande de 6mm (el tamaño de un borrador de lápiz) cuando se diagnostica, puede ser más pequeño.

https://www.aad.org/public/spot-skin-cancer/espanol/como-examinar-sus-manchas/el-abcde-del-melanoma

En definitiva, no es necesario llenarse de paranoias al respecto: la exposición al sol también trae muchos beneficios para la salud y el sol no es el único factor de riesgo de aparición del cáncer de piel. Con conocer las peculiaridades de la piel de cada unx, llevar controles rutinarios y cuidarla como se merece, ya estamos haciendo bastante. “Cuidados” también significa protegerse del sol y concienciar a tus seres queridos para evitar sus peligros.

Por Victoria Cupe