AFECTIVIDAD Y EUROCENTRISMO
Han pasado muchos años hasta que empecé a reconocerme como negro, además del hecho de ser fruto de una relación interracial el proceso de reconocimiento vino también de situaciones en las cuales fui víctima de racismo, objetificación o demandas de cuidados que no siempre fueron recíprocas ignorando que tal vez aquello tuviese que ver con mi origen racial. Al reconocer el lugar que la sociedad me otorga por mi color de piel, me planteé la manera en la que me relaciono en un entorno blanco y cuanto he pasado por aquellas situaciones.
''Es en el campo de la afectividad y la sexualidad donde el racismo consigue más victorias sobre los negros'' - Lande Onawale.
El término raza no debe ser entendido como un concepto biológico que designe a seres humanos distintos física e intelectualmente, dado que la ciencia niega esto. Debemos entender raza o etnia como un conjunto de características ambientales, sociales y culturales que nos diferencian. Estas características cargan consigo fuertes signos de identidad, pero desafortunadamente no todas las identidades tienen representación accesible para todxs. Lxs princesxs, heroínxs y más personajes son mayoritariamente blancxs, en series, películas, programas, anuncios, etc. Ya desde la infancia esta representación está ausente en todos los estímulos exteriores que nuestra sociedad constantemente nos muestra, conscientes o no, contribuyendo desde temprano a la sobrevalorización de un único grupo étnico limitando nuestra visión de lo que es aceptable y bello.
Poco a poco fui entendiendo que el amor no se escapa a la lógica que opera las desigualdades y jerarquías en esta nuestra sociedad. No es el amor algo mágico, una cuestión inquebrantable. En las relaciones también podemos caer en el pozo de asimetrías y desigualdades que ocurren en la sociedad. Entonces, ¿Cuáles serían las dificultades de relacionarnos con alguien que es visto racialmente de manera superior a nosotrxs?
A lo largo de nuestra historia la blanquitud se ha convertido en una norma y en la identidad que más representación alcanza con grandes diferencias. Nuestra sociedad lleva años tratando a las personxs negrxs como menos humanxs, sumando estereotipos sobre cómo nos relacionamos, haciendo ver a hombres negros como extremadamente viriles, ''bien dotados'', y a mujeres negras como ''mulatas fogosas''. Creando una gran cosificación de nuestrxs cuerpos e inseguridades, pues la curiosidad por saber cómo es tener sexo con unx personx racializadx no significa que esa personx tenga un interés real en nosotrxs que ultrapase esa objetificación.
''El negro estaba presente en la literatura tradicionalmente como tema y no como agente'' - Marcio Barbos.
Además de estereotipos sexuales también debemos lidiar con prejuicios sobre que lugar debemos ocupar en la sociedad y las relaciones interraciales en la construcción de nuestra sociedad siempre tuvieron intereses más allá del amor y sería inocente pensar que esto no esté presente hoy en día. Ellos dicen que ser blancx es tener un status superior, ser blancx es ser más bellx, más civilizadx y un reflejo de todo lo que se debería alcanzar para ser un ciudadanx de primera. Desde principios de la esclavitud se ha tachado el mestizaje entre negrxs y blancxs como una limpieza racial para los negrxs, un privilegio, y relacionarse con alguien racial fue y es cargado con juicios de los que son verdaderamente privilegiados .
Y no nos engañemos, el deseo es puramente construido con el lenguaje, algo muy distinto a la necesidad. A través del lenguaje entendemos como satisfacer nuestros deseos y también es uno de los instrumentos con los cuales construimos nuestro sistema simbólico sobre qué nos satisface o no. Podemos percibir como, por ejemplo, en la publicidad todas las imágenes (sean objetos o personas) son siempre representación de que nos gustaría tener. Esto nos hace vulnerables a las construcciones de otros, especialmente a nosotrxs negrxs que somos una excepción en los medios.
Para muchxs otrxs esta realidad desencadena una negación de su propia negritud. Considerando que el concepto de blanquitud es hegemónico, entonces el ideal es que me niegue a mí mismo y me vuelva blanco. Todo esto patrocinado, por tratamientos para aclarar la piel, alisados del cabello, etc. Porque tener la piel oscura solo es válido sí eres rubix y vienes de tostarte en Copacabana.
Finalmente, lo que pretendo transmitir, partiendo de que no hay nada permanente y que no pueda ser cuestionado, es que nuestros deseos más subjetivos son construidos de una manera muy sutil utilizando el lenguaje como herramienta, dibujando nuestras elecciones más inconscientes. Y así creando nuestra definición de normal o regla (blanquitud). Aún hoy percibo actitudes racistas, también inconscientes mías.
Por River Sandre