Activistas políticos guineoecuatorianos necesitan ayuda
Familiares de Alfredo y Celestino Okenve han venido informando en los días previos de la desaparición de Alfredo, el menor de los dos hermanos, en los alrededores de su domicilio, en el barrio de Newtown, en Bata.
Según cuentan, varios hombres le obligaron a detener su vehículo y a bajarse de él a punta de pistola. Posteriormente, le comunicaron que estaba arrestado. Cuando el detenido quiso conocer los motivos por los cuales querían privarle de su libertad, le dieron una paliza en plena calle, sin esconderse y, por tanto, a la vista de todos los vecinos que se hallaban en la zona. Tras estos hechos , se lo llevaron a rastras.
Un par de horas después, le encontraron con vida en Alén, una zona de Bata, prácticamente deshabitada. Parece ser que escogieron ese lugar para continuar maltratándolo. Quienes le encontraron, le llevaron al hospital donde, tras cerciorarse de que no tuviera ningún daño interno (aunque sí varias magulladuras en el rostro provocadas por los golpes con la culata del revólver), le dieron de alta.
Las últimas noticias nos confirman que Alfredo Okenve va recuperándose, poco a poco, todavía no puede moverse con normalidad y sufre mareos, por lo que , probablemente, tenga que hacerse más pruebas para descartar problema de mayor gravedad.Por su parte, el mayor de los dos hermanos, Celestino Okenve, figura histórica de la oposición al régimen de Obiang, continúa oculto.
Entre tanto, Alfredo ha dado más datos acerca de la agresión de la que fue víctima: De forma insistente le preguntaban por Celestino y, aparentemente, pensaban que Alfredo era él (guardan cierto parecido). Con todo, la confusión tenía poco sentido si consideramos que los agresores llevaban una foto de Celestino y que Alfredo portaba su carnet de identidad.
Alfredo señala que los torturadores recibían instrucciones de alguien por teléfono y cuando, finalmente, se dieron cuenta que no se trataba de Celestino sino de él, la persona con quien hablaban les dijo algo así como que, ya que no era quien buscaban “no hacía falta que lo matasen”, simplemente bastaba con que le “rompiesen las piernas y le dejasen en el bosque”. Como podéis imaginaros esta es otra forma de matar a alguien ya que Alfredo estaba muy malherido y sus captores seguramente no sabían que sería capaz de arrastrarse hasta la carretera.
En opinión del familiar de Okenve que nos ha informado de los hechos, los asaltantes eran, casi con toda seguridad, miembros de “la seguridad”. Llevaban armas, una fotografía de Celestino Okenve, recibían instrucciones de un superior y conducían un Toyota Avensis con placas de matrícula usadas por el ejército.
Desde Negrxs, deseamos una pronta recuperación a Alfredo Okenve.
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