¿Qué significa ser afroasiática en España?
Por: Oyi, escritora y lectora de relatos. Igbo y abreña (todo a la vez)
Para muchos esta combinación de raíces no existe. Simplemente eres negra o asiática, pero no las dos cosas. Eres simplemente una especie de experimento raro que la naturaleza ha intentado probar más allá de una mezcla blanca. Es muy difícil identificarte con dos identidades, así que imagínate si tienes tres o más.
Aprendes cosas de varias culturas como si tu cerebro fuera de plastilina sin que nadie te diga de dónde es lo que estás aprendiendo. Al final en esa época de aprendizaje te das cuenta que lo has añadido a tu imaginario sin preguntar qué son o qué significan. Desconoces si esas palabras son originarias de tu padre o de tu madre, pero las utilizas ya que es así como has aprendido. Una vez, leí que ser multirracial era como tener un armario lleno de ropa y cada día escoger una chaqueta distinta: te da estilo, actitud y una razón por la que sentirte orgullosa. Lo que no contaba, es que no siempre se tienen esas chaquetas a mano.
El primer abrigo que sueles llevar es el de la blanquitud. Se trata de un diseño cómodo y cálido si te ciñes a ciertas tallas de la sociedad. Es decir, una persona birracial como yo, tiene que aceptar que es un ser exótico digno de remarcar sus orígenes y que si, con suerte, tiene algún talento, será contemplada con los privilegios que otorga esa chaqueta, desconociendo los otros lo mucho que te ha costado llegar a alcanzar esa prenda. Se trata del modelo más codiciado. Es tan versátil que te resistes a dejarla encerrada en tu ropero pero una vez lo haces, ya no hay vuelta atrás.
Muchas veces decía mi madre: “el negro combina con todo”. Y así es como vi que la chaqueta negra me favorecía más, me dejaba ser más yo y conocer a gente que en ese mismo momento transitaba por ese proceso de transformación interna. Es así como descubres que poco de lo que te han explicado hasta la fecha es aplicable a ti. De nada me sirvió que desde pequeña me dijeran en casa que yo no era como las demás, sino que tenía que vivirlo, sentirlo y sentirme extraña en mi propio cuerpo.
Por otro lado, considero todo un descubrimiento el hecho de llevar mi chaqueta asiática desde siempre sin haber sido nunca consciente de ello. Es la que en gran parte me ha forjado tal y como soy. Sus valores son los míos y allá donde confluyen el negro y éste es donde me hallo ahora. Esa intersección que muchos no se atreverían a experimentar por miedo a perderse. Es interesante y divertido beber de esas aguas de conocimiento que mis culturas me proporcionan y darme cuenta que en absoluto son mutuamente excluyentes.
Con el tiempo he aprendido que encajar es algo que no va conmigo, es más, considero que es muy simplista. No es fácil, pero también sé que aquello que lo es no se valora en absoluto. Por lo tanto, prefiero ser consciente de dónde estuve para poder saber dónde quiero estar. Al fin y al cabo, soy fruto de lo visible y lo invisible.
¿Y qué nos depara el futuro? Considero que estamos en una de las épocas más interesantes de la historia. Vemos cómo las cosas están cambiando a una velocidad hasta hace poco inimaginable. Nacerán más y más personas como yo y crecerá la inevitable riqueza cultural que ello conlleva. Solo espero que no tengan que pasar demasiados años para que cesen las preguntas sobre nuestro origen ya que nuestro estado natural es fluir en nuestra herencia.