OKRO: EL SABOR DE LA RESISTENCIA
Por Abi Sila
“Las historias populares de nuestra comunidad cuentan que lxs negrxs desde Congo llevaban semillas escondidas cuando fueron trasladados a Nueva Orleans. Aquí vemos de nuevo un símbolo claro de resistencia“
En cualquier sociedad la forma de comer es símbolo de cultura y en el caso de lxs negrxs, la comida también es un símbolo de resistencia. Como en muchos otros aspectos de nuestra vida, tener acceso de calidad a buenas materias primas y de precio económico, no siempre es fácil, pero precisamente por ello, no podemos dejar de lado nuestra gastronomía ya que también es nuestra identidad.
La comida define quiénes somos y de dónde venimos. Muchos de nuestros platos explican nuestra genética y fisionomía. Nos cuenta el trayecto de nuestros antepasados hasta el día presente. Uno de esos alimentos viajeros es el Okro. En muchos lugares lo conocen como okra o molondrones. Hoy en día se cultiva en todas las regiones del mundo, pero es un alimento 100% afro. Concretamente de la parte oeste del continente, cuyo cultivo está extendido por todo el mundo gracias a sus innumerables propiedades. Además del increíble sabor que aporta a los platos, su fibra se usa en el sector textil. En otros países se usa para combatir el veneno de ciertas cobras, tratar la sífilis e incluso para aliviar los dolores del parto.
De todas sus características más importantes destacan sus propiedades macronutrientes. También es un superalimento rico en antioxidantes, que además reduce el riesgo de los ataques de corazón. Aporta vitamina B9 que es uno de los nutrientes imprescindibles en las dietas de las mujeres embarazadas; y cabe resaltar su cualidad para regular la diabetes y el colesterol. Raro es el plato criollo que no utilice el Okro como ingrediente principal. En Luisiana lo utilizan para cocinar Gumbo como parte de su herencia esclavizada. Las historias populares de nuestra comunidad cuentan que lxs negrxs desde Congo llevaban semillas escondidas cuando fueron trasladados a Nueva Orleans. Aquí vemos de nuevo un símbolo claro de resistencia.
En Grecia, la comunidad prepara Trahana que es un guiso de pollo y okro y en República Dominicana normalmente se cocina eliminando las semillas internas para evitar la textura viscosa. El Quimbombó es una receta exquisita donde se reboza y se frie este alimento.
Sea como sea es importante conocer y consumir productos africanos para reconectar y seguir aprendiendo sobre nuestra identidad. Por eso os traemos la receta tradicional del okro soup según se cocinaba en su origen, para que os animéis y lo probéis aquellos que todavía no lo habéis cocinado.
Ingredientes
Una cebolla
Un vaso caldo de carne
Un vaso caldo de marisco
Medio kilo de carne y/o pollo al gusto
Un cuarto de kilo de marisco (Gambas, cangrejo, etc.) opcional. (Sino con el caldo también es suficiente)
Aceite de Palma (otro ingrediente que últimamente ha creado mucha polémica del cual hablaremos próximamente)
Krafish seco (gambas deshidratadas)
Medio kilo de Okro
Doscientos gramos de verdura de hoja ancha (como por ejemplo espinacas)
Elaboración
Remoja por un par de horas el krafish y luego tritúralo en su propia agua. Por otro lado, fríe la carne o mejor aun hazla en el horno condimentada a tu gusto y resérvalo para luego incluirlo. Si optas por esta segunda opción, una vez hecha la carne utiliza el jugo que ha desprendido la carne y añádelo al caldo de carne que ya tenías preparado.
Corta los tallos del okro en láminas finas desechando ambos extremos. Hoy en día mucha gente utiliza la picadora. También puedes usarlo, pero no dejes que se triture mucho para que se puedan apreciar los trozos del okro en el guiso.
En una olla pon a hervir la cebolla picada junto con el agua del krafish triturado y también los vasos de caldo de carne y marisco. En la elaboración de estos platos es importante tener el fuego a temperatura media porque lo importante no es que cueza rápido, sino que los sabores liguen entre sí. Déjalo hervir durante media hora y luego añade la carne y el marisco, para dejarlo hervir unos 20 minutos. Después, añadiremos la verdura picada, así como el okro cortado. Sin tapar la olla deja que la verdura cueza hasta que el okro esté completamente translucido y el guiso tenga su viscosidad característica. Por supuesto, añade la sal a tu gusto.
Por último, añade un chorro de aceite de palma. Le dará la untuosidad, aroma y color necesario para un acabado completamente africano. Es importante que mires que la procedencia de este aceite y su producción haya sido realizado en un país africano. En otros artículos os explicaremos detalladamente el porqué.
Déja el guiso unos 10 minutos al fuego, apágalo y déjalo reposar. Como todo buen plato, cuando más repose el guiso más concentrados estarán los sabores. Según nuestros ancestros, es importante utilizar cuchara de madera para remover el guiso porque las de aluminio pueden “cortar” la viscosidad del okro. Hay otra creencia popular que dice que si la persona que guisa este plato es mujer y está en su periodo menstrual también es probable que se “corte” la viscosidad. Pero no hay ningún dicho que diga que con madera, aluminio o periodo menstrual se pueda reducir el sabor de este suculento plato.