Ser y Pensar desde Nosotras, Presente Interseccional
Escrito por: Flor Ángel Agustín Federico y Johanna Agustín Federico
Las dos mujeres que nos acompañan hoy con este manifiesto son hermanas. La primera de ellas, Flor Ángel Agustin Federico se declara MujerNegra, Joven, afrodominicana, bateyera y feminista descolonial y antirracista. También es activista comunitaria, propulsora de la rebeldía y la desobediencia social. Así como miembra fundadora de Mujeres Socio Política Mama Tingo. La segunda, Johanna Agustín Federico también se considera MujerNegra, Joven, afrodominicana, bateyera, activista y feminista descolonial, antirracista e interseccional, líder comunitaria y contestaría. Actualmente es coordinadora del Grupo Comunitario para el Desarrollo Juvenil (DC) y miembra de las Mujeres Socio Política Mama Tingo. Y aquí está su declaración y grito frente al racismo que las atraviesa.
Ser y Pensar desde Nosotras, Presente Interseccional
Autonombrarnos como MujerNegra es declararle la guerra a todo un sistema racista. Gritar que soy MujerNegra rompe con los paradigmas del imaginario de la blanquitud, que ve la negritud como inferior, sin motivos de orgullo.
¿Por qué molesta tanto escuchar soy negra? ¿Por qué no podemos hablar de nuestra negritud y nuestra historia desde otra mirada no colonial, desde nuestras propias miradas y con nuestras propias voces?
Vivir en una sociedad racista, vivir en esta sociedad de memoria colonial, donde la historia siempre nos la han contado para las almas blancas, vivir en esta sociedad donde el racismo se encuentra interiorizado, de manera sutil, es invisible para todos, menos para nosotras que la vivimos a diario.
Durante mucho tiempo nos han condicionado el ser, sentir y pensar a través de los imaginarios operativos de la colonialidad del poder, enmudeciendo nuestra historia, invisibilizando nuestras luchas/ resistencias y borrando todo rastro de negritud, de nuestrxs ancestrxs.
No queremos escuchar que nos digan “Las vidas de las mujeres negras importan“ Como si en algún momento hubiesen dejado de importar. No queremos volver a escuchar #METOO, cuando nunca sentirás y vivirás las opresiones que nos atraviesan. Las luchas sociales generalmente se basan en cosas puntuales, separando a las personas de su ser, sin tomar en cuenta nuestras realidades, nuestras heridas y nuestras historias
Los cuerpos visiblemente negros hemos sido testigos y víctimas de la violencia sexista colonial, hemos sido marginalizadxs, discriminadxs, asociadxs a la delincuencia, a la ilegalidad, a la periferia. Hemos sido consideradxs mano de obra barata, pero también somos lxs que hemos aprendido a resistir, a reinventar, a proponer, a crear nuestras propias formas de lucha, de vida, de convivencia, aunque todo esto siempre se encuentre invisibilizado por el estado nación.
Nosotras los cuerpos racializados, como mujeres negras lesbianas, trans, descendientes de migrante, sin papeles, jóvenes, de comunidades rurales, empobrecidas, con discapacidad, las que no contamos con la ¨Buena presencia¨. Crecimos con el racismo, sexismo, clasismo como algo natural que merecíamos. Nos ven como las otras, no podemos obviarlo, está aquí en cada paso que damos, como algo presente.
Hemos pasado por un proceso profundo y doloroso de deconstrucción y aprendizaje. Y cuando tomas conciencia de todas las opresiones que hemos padecido durante toda la vida, por primera vez reconocemos en nuestros cuerpos esa sensación que desencadena tantas reflexiones como emociones relacionadas con la ira y las ganas de gritar NEGRA, NEGRA, NEGRA.
Nosotras MujeresNegras, Feministas anti-Racistas, Lesbianas, Transexuales, Empobrecidas, Migrantes, de Barrio, Batey, del Campo, con discapacidad, Nosotras las Putas, las Goldas, las Muy flacas, las Muy jóvenes, las Muy viejas, NOSOTRAS, resistimos, nosotras re-existimos, y desafiamos desde nuestra disidencias sexuales al continuum histórico colonial.
Nos plantamos y cargamos nuestra piel con conciencia de lo que somos, de lo que pensamos, de lo que sentimos, de lo que vivimos y de lo que hacemos día a día, porque contar nuestras historias, trenzar nuestro pelo, bailar al escuchar el sonido del tambor, llevar nuestros cuerpos a esos espacios hechos para blancos, vestirnos como nos dé la gana, ser escandalosxs, arroparnos de nuestra negritud es romper con las cadenas invisibles de colonialidad que aún nos ata.